miércoles, diciembre 19
Participar en las decisiones
Por sorpresa y sin darnos oportunidad de decidir sobre nuestro futuro, ni siquiera dárnoslo a conocer con antelación, así quieren el Presidente Marcelino Iglesias y el Vicepresidente José A. Biel que sucedan las cosas en Aragón en 2007. Lo del Senador José Mª Mur no se que papel juega en todo esto salvo que se haya necesitado de sus grandes conocimientos inmobiliarios. Y no cabe duda que a la Promotora ILD le parece estupendo que todos funcionen como una empresa, más que como un gobierno, con decisiones rápidas de arriba abajo. Según todos ellos tenemos que callarnos, acatar, no decir lo que pensamos, no opinar sobre nuestras vidas, no decidir, no participar. Sólo aplaudirles.
Parece que les ciegan los seiscientos millones de euros previstos en ingresos por el juego para la DGA, sin pararse a pensar que buena parte procederán de familias arruinadas, acompañadas de una grave problemática social. Tampoco parecen ver el peligro de mezclar ocio familiar con casinos con lo que ello supone de publicidad y promoción del juego entre la infancia y los jóvenes, cuestión prohibida en nuestra legislación vigente en Aragón. ¿No se está haciendo estos días demasiada publicidad al juego? Alguien debería analizar la cuestión en profundidad y actuar con algo más de sensatez.
Nos llaman “filósofos”; dicen que contaminamos cuando pensamos tanto, nos sale humo de la cabeza dicen; que somos los del no, efectivamente, el no a la corrupción y al comadreo; no a vender nuestro territorio; no a adaptar las leyes para beneficiar a los poderosos inversores; no a la desinformación; no al desarrollo insostenible.
Se comete un error muy grave cuando se intenta enfrentar a los ciudadanos que piensan de una manera con los que lo ven de forma distinta. Hay que propiciar debates serenos y respetar la discrepancia aunque sea minoritaria. Son numerosos los ejemplos que tenemos en los que se ha sembrado odio hacia los ecologistas, y yo se de lo que habló. No por eso nos callarán y lo que pido es que alguna autoridad intervenga para frenar una escalada en el enfrentamiento. Declaraciones como las de los responsables de ILD diciendo que “Si vamos a tener en contra un lobby ecologista nos iremos a otro lado” son intolerables.
Creo firmemente que la participación es un derecho y por ello formo parte del COTA (Consejo de Ordenación) y del CPNA (Consejo Protección de la Naturaleza de Aragón) en representación de las asociaciones ecologistas. Lamentablemente en ninguno de ellos he oído ni una palabra de esta nueva estrategia territorial, urbanística y medioambiental. Primero negocian con los promotores, luego firman un protocolo de compromisos y luego te informan. No es ese el camino.
Nos presentan un macroproyecto sin igual en el mundo. Eligen su ubicación según sus intereses, aprovechando eso sí las infraestructuras que nosotros hemos pagado con nuestros impuestos.
Tienen tanta suerte, o tanta pasta, los promotores que ni siquiera tienen que pedir las cosas, la Empresa-Gobierno se adelanta a su forma de pensar y nos anuncia que cambiará las leyes que haga falta para que se encuentren a gusto. ¿Desde cuándo se legisla a la carta siguiendo los intereses de unos pocos? Recuerdo que recientemente se rechazó una iniciativa legislativa popular para proteger las montañas que fue apoyada por 30.000 aragoneses y que próximamente se entregarán otras 20.000 nuevas firmas para que se lo vuelvan a pensar. ¿Cómo se entiende esto?
El impacto ambiental de un proyecto de esta magnitud en un territorio predominantemente agrícola y con un importante patrimonio natural y de las características de Monegros, donde las condiciones climáticas son muy exigentes, va ser severo. No olvidemos que además de la superficie del Parque de Ocio y Juego se añaden zonas residenciales y nuevas infraestructuras que deberán atravesar la Comarca en todas las direcciones para abastecer la nueva ciudad y hacer llegar a los millones de turistas. Y el Parque Nacional de Monegros esperando desde tiempo inmemorial.
Desafiando las preocupaciones del resto del Planeta, preocupados tanto por lo suyo, no tienen problema en anunciar la llegada de 12 millones de visitantes al año que vendrán de todas partes del Mundo el mismo día que se publican las conclusiones del Panel de Expertos contra el Cambio Climático: Hay que reducir drásticamente las emisiones de CO2 a la atmósfera, reducir el consumo de agua y hacer un uso más eficiente de los recursos que tenemos. Pero a ellos les da igual.
Pero a nosotros no nos da igual. Nos merecemos un respeto y por ello pedimos un debate serio y riguroso, democrático, sobre un proyecto que por sus dimensiones puede cambiar de manera sustancial nuestras vidas y nuestro territorio. Pienso que no debería firmarse un protocolo o compromiso con los promotores hasta no analizar sus consecuencias en profundidad. No creo que se deba organizar un acto de las características del anunciado en el mismo corazón de la DGA habiendo ignorado al entramado social y político durante un año. Tenemos derecho a poner los límites y a exigir coherencia con los retos ambientales y sociales de la legislación vigente en Aragón, sin dejar de mirar los Objetivos del Milenio, dada la dimensión planetaria del proyecto Gran Scala.
Jesús Maestro
Presidente de ANSAR
Parece que les ciegan los seiscientos millones de euros previstos en ingresos por el juego para la DGA, sin pararse a pensar que buena parte procederán de familias arruinadas, acompañadas de una grave problemática social. Tampoco parecen ver el peligro de mezclar ocio familiar con casinos con lo que ello supone de publicidad y promoción del juego entre la infancia y los jóvenes, cuestión prohibida en nuestra legislación vigente en Aragón. ¿No se está haciendo estos días demasiada publicidad al juego? Alguien debería analizar la cuestión en profundidad y actuar con algo más de sensatez.
Nos llaman “filósofos”; dicen que contaminamos cuando pensamos tanto, nos sale humo de la cabeza dicen; que somos los del no, efectivamente, el no a la corrupción y al comadreo; no a vender nuestro territorio; no a adaptar las leyes para beneficiar a los poderosos inversores; no a la desinformación; no al desarrollo insostenible.
Se comete un error muy grave cuando se intenta enfrentar a los ciudadanos que piensan de una manera con los que lo ven de forma distinta. Hay que propiciar debates serenos y respetar la discrepancia aunque sea minoritaria. Son numerosos los ejemplos que tenemos en los que se ha sembrado odio hacia los ecologistas, y yo se de lo que habló. No por eso nos callarán y lo que pido es que alguna autoridad intervenga para frenar una escalada en el enfrentamiento. Declaraciones como las de los responsables de ILD diciendo que “Si vamos a tener en contra un lobby ecologista nos iremos a otro lado” son intolerables.
Creo firmemente que la participación es un derecho y por ello formo parte del COTA (Consejo de Ordenación) y del CPNA (Consejo Protección de la Naturaleza de Aragón) en representación de las asociaciones ecologistas. Lamentablemente en ninguno de ellos he oído ni una palabra de esta nueva estrategia territorial, urbanística y medioambiental. Primero negocian con los promotores, luego firman un protocolo de compromisos y luego te informan. No es ese el camino.
Nos presentan un macroproyecto sin igual en el mundo. Eligen su ubicación según sus intereses, aprovechando eso sí las infraestructuras que nosotros hemos pagado con nuestros impuestos.
Tienen tanta suerte, o tanta pasta, los promotores que ni siquiera tienen que pedir las cosas, la Empresa-Gobierno se adelanta a su forma de pensar y nos anuncia que cambiará las leyes que haga falta para que se encuentren a gusto. ¿Desde cuándo se legisla a la carta siguiendo los intereses de unos pocos? Recuerdo que recientemente se rechazó una iniciativa legislativa popular para proteger las montañas que fue apoyada por 30.000 aragoneses y que próximamente se entregarán otras 20.000 nuevas firmas para que se lo vuelvan a pensar. ¿Cómo se entiende esto?
El impacto ambiental de un proyecto de esta magnitud en un territorio predominantemente agrícola y con un importante patrimonio natural y de las características de Monegros, donde las condiciones climáticas son muy exigentes, va ser severo. No olvidemos que además de la superficie del Parque de Ocio y Juego se añaden zonas residenciales y nuevas infraestructuras que deberán atravesar la Comarca en todas las direcciones para abastecer la nueva ciudad y hacer llegar a los millones de turistas. Y el Parque Nacional de Monegros esperando desde tiempo inmemorial.
Desafiando las preocupaciones del resto del Planeta, preocupados tanto por lo suyo, no tienen problema en anunciar la llegada de 12 millones de visitantes al año que vendrán de todas partes del Mundo el mismo día que se publican las conclusiones del Panel de Expertos contra el Cambio Climático: Hay que reducir drásticamente las emisiones de CO2 a la atmósfera, reducir el consumo de agua y hacer un uso más eficiente de los recursos que tenemos. Pero a ellos les da igual.
Pero a nosotros no nos da igual. Nos merecemos un respeto y por ello pedimos un debate serio y riguroso, democrático, sobre un proyecto que por sus dimensiones puede cambiar de manera sustancial nuestras vidas y nuestro territorio. Pienso que no debería firmarse un protocolo o compromiso con los promotores hasta no analizar sus consecuencias en profundidad. No creo que se deba organizar un acto de las características del anunciado en el mismo corazón de la DGA habiendo ignorado al entramado social y político durante un año. Tenemos derecho a poner los límites y a exigir coherencia con los retos ambientales y sociales de la legislación vigente en Aragón, sin dejar de mirar los Objetivos del Milenio, dada la dimensión planetaria del proyecto Gran Scala.
Jesús Maestro
Presidente de ANSAR
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