miércoles, enero 31

Adjunto por su interés una noticia reciente sobre los informes de la comisión de expertos sobre el clima que se inicia hoy en Paris, dado que una de las conclusiones hace referencia al grave impacto del calentamiento global sobre la rentabilidad del negocio de las estaciones de esquí en el centro y sur de Europa. Sin otro particular, reciba un cordial saludo


Federico Sancho Puertas
Fondo Natural/Amigos de la Tierra

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Pistas de esquí en riesgo de extinción
http://www.tierramerica.net/2007/0127/articulo.shtml
Por Julio Godoy *
Reporte de la OCDE predice que para 2050 desaparecerá la mayoría de los glaciares alpinos y sus estaciones de esquí, debido al cambio climático.
BERLÍN, 29 Ene (Tierramérica).- Los amantes del esquí en Europa empiezan a engrosar la lista de perjudicados por el calentamiento planetario, durante un invierno boreal que, por sus moderadas temperaturas y por la ausencia de nieve, más bien recuerda a la primavera.
Numerosas justas deportivas en estaciones europeas se pospusieron o cancelaron, como el Tour de Ski, un nuevo campeonato organizado por la Federación Internacional de Esquí, que estuvo previsto para el 29 de diciembre en la central localidad checa de Nove Mesto. La falta de nieve obligó a posponerlo y cambiarlo de sede, a una pista artificial en el estadio olímpico de la ciudad alemana de Munich.
En la francesa Val d'Isère y la suiza Saint Moritz, competencias correspondientes a la Copa del Mundo también fueron canceladas por falta de nieve. En la estación alemana de Todtmoos no nieva desde hace casi un año. Y las temperaturas son tan moderadas que los azafranes empezaron a florecer en diciembre, como si ya fuera primavera.
Estos hechos confirman los pronósticos de numerosos expertos sobre los efectos del calentamiento global, especialmente en los deportes de invierno y en las estaciones europeas de esquí.
Uno de estos reportes, "El cambio climático en los Alpes europeos", que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) editará en febrero, predice que para 2050 desaparecerá la mayoría de los glaciares alpinos y, por ende, la mayor parte de las estaciones de esquí.
El informe destaca que en los Alpes, que son "particularmente sensibles al cambio climático", la temperatura representa tres veces el aumento promedio global.
"Los años 1994, 2000, 2002 y particularmente 2003 han sido los más cálidos observados en los Alpes en los últimos 500 años", detalla, pronosticando que "cambios climáticos incluso más marcados ocurrirán en las décadas venideras, incluyendo una reducción de la cobertura de nieve a bajas altitudes y el derretimiento de glaciares y de permafrost a alturas más elevadas".
El estudio calcula que 57 de las 666 estaciones de esquí de los Alpes --nueve por ciento-- ya son afectadas por tales cambios climáticos. Si la temperatura aumenta un grado, esta cifra pasaría a 25 por ciento. Con un calentamiento global de cuatro grados pronosticado para este siglo por prácticamente todos los estudios sobre el cambio climático, más de 70 por ciento de las estaciones alpinas de esquí no podría funcionar más y apenas 202 tendrían nieve natural, según el informe.
Uno de los autores del reporte, Shardul Agrawala, dijo a Tierramérica que las regiones más afectadas por el calentamiento global están en Austria y Alemania, y que solo las estaciones más grandes y situadas a mayor altura sobrevivirán a la catástrofe climática.
Una de las estaciones probablemente más vulnerables es la de Kitzbühel, ubicada en un valle de la sudoccidental región austriaca de Tirol, unos 800 metros sobre el nivel del mar. En contraste, la francesa Val Thorens, situada a dos mil 300 metros, debe su renombre a la constante presencia de nieve en sus pistas.
Durante la temporada navideña, la estación de Kitzbühel abrió menos de 10 de sus 54 ascensores, debido a la falta de nieve, y tuvo que utilizar nieve artificial para habilitar las pistas.
Pero según el politólogo alemán Frank Kürschner, estudioso del tema, la nieve artificial tiene costos ambientales "horrendos".
"Para producir nieve que cubra un metro cuadrado, uno necesita 100 litros de agua", explicó Kürschner a Tierramérica. "Y un cañón para dispararla a las pistas consume 13 mil kilovatios por hora por hectárea. Esto equivale al consumo anual de una familia de cuatro miembros en un país industrializado", añadió.
El informe de la OCDE coincide con tales apreciaciones, aunque de manera más sutil. "Los costos reportados de la nieve artificial no incluyen los costos externos, tales como el consumo de agua y de energía (necesarias para su producción), (la destrucción del) paisaje y otros aspectos ecológicos", señala.
Además, "con el aumento de la temperatura ambiente, los costos de la producción de nieve artificial van a incrementarse desproporcionadamente y, si el calentamiento global supera cierto límite, la nieve artificial simplemente no será una alternativa", afirmó Agrawala.
Pese a que el reporte hace recomendaciones a los gobiernos de los países alpinos afectados por el cambio climático, Agrawala aseguró que los hallazgos contenidos en el estudio son prácticamente ineluctables, y que sus conclusiones son aplicables a regiones montañosas similares a los Alpes, en América del Norte, Australia y Nueva Zelanda.
* Corresponsal de IPS.

martes, enero 16

Muchas verdades...

inoportunas,

*Bjorn Lomborg

(diario Expansión).

La película del ex vicepresidente de EEUU, Al Gore, sobre el calentamiento global está repleta de emociones e imágenes provocadoras, aunque carece de argumentos racionales. Lástima, dada la importancia del tema que aborda.

En Una verdad inoportuna, no sólo se advierte de que el calentamiento global es una realidad que podría tener consecuencias catastróficas; también se explica que impedirlo debería ser una prioridad absoluta. En mi opinión, aunque resulte inoportuno para el director, sólo la primera sentencia es correcta.

A pesar de que es alentador comprobar cómo Gore rompe moldes en un país donde muchos de los ciudadanos influyentes niegan la existencia del calentamiento global, muchas de sus apocalípticas sentencias pueden resultar engañosas. Su mayor error ha sido dar a entender que la humanidad tiene el imperativo moral de actuar sobre el cambio climático desde la consciencia de que existe un problema.

Para ser un político experimentado, sorprende su ingenuidad o, lo que es peor, su falta de sinceridad. Conocemos muchos desafíos globales que podrían resolverse con facilidad. Enfermedades que se pueden prevenir como el sida o la malaria se cobran anualmente la vida de 15 millones de personas. La malnutrición afecta a más de la mitad de la población mundial. Ochocientos millones de personas no tienen acceso a la educación básica. Mil millones viven sin agua potable a su alcance. ¿Por qué entonces nuestra principal prioridad ha de consistir en detener el cambio climático?

El intento de Gore de dar una respuesta no resistiría un examen.

Gore muestra imágenes de la Antártida y habla de un dramático calentamiento del 2%, ignorando que el 98% del territorio ha sufrido un significativo enfriamiento durante los últimos treinta y cinco años. De hecho, según el panel de clima de Naciones Unidas, durante este siglo, la Antártida aumentará su masa de nieve. De igual modo, apunta a una disminución del hielo marino en el Hemisferio Norte, pero no menciona el aumento de hielo en el Hemisferio Sur.

Escalofriantes imágenes

La película muestra imágenes escalofriantes sobre las consecuencias del aumento del nivel del mar y las inundaciones en Florida, Calcuta, Beijing y Shanghai. Según el panel climático de la ONU, el aumento del nivel del mar no es tan alarmante.

Gore afirma que los brotes de malaria son resultado del calentamiento global. La experiencia demuestra justo lo contrario: hace algunos siglos, durante la corta edad de hielo, la malaria fue una enfermedad endémica en muchas partes de Europa y en 36 estados de EEUU. Los brotes fueron disminuyendo a medida que aumentaba la temperatura del planeta.

Las devastadoras olas de calor que vivió Europa en 2003 han bastado para que Gore llegue a la conclusión de que el cambio climático se cobrará muchas más víctimas.

Sin embargo, en el mundo desarrollado, el calentamiento provoca menos muertes que el frío. Sólo en Reino Unido se estima que el ascenso de las temperaturas pueda cobrarse la vida de dos mil personas en 2050, aunque –como resultado– habrá 20.000 muertes menos en Francia a causa del frío.

Las pérdidas financieras por catástrofes derivadas del clima se han incrementado de forma espectacular durante los últimos cuarenta y cinco años. Esto, según Gore, es consecuencia del calentamiento global. Sin embargo, los analistas coinciden en señalar que, si todos los huracanes que han azotado EEUU hubieran tenido lugar con la actual población, el mayor daño no lo habría provocado el Katrina, sino un huracán que tuvo lugar en 1926. De la misma forma, si tenemos en cuenta el crecimiento demográfico, las pérdidas provocadas por las inundaciones han registrado un ligero descenso.

La película invita al espectador a pensar que el huracán Katrina es consecuencia del calentamiento global. Aunque Gore asegura que hay consenso científico sobre el aumento del poder destructor de los huracanes debido al cambio climático, no existe dicho consenso. En opinión del autor en el que el propio Gore basa sus afirmaciones, “sería absurdo atribuir el desastre del Katrina al calentamiento global”.

Después de argumentar las posibles catástrofes derivadas del cambio climático, Gore nos facilita su solución: propone el cumplimiento del Protocolo de Kioto, según el cual, el mundo desarrollado debería disminuir las emisiones de dióxido de carbono en un 30% en 2010. Incluso si todas las naciones se comprometieran a cumplirlo, los beneficios serían pocos comparados con los altos costes que supone que en 2100 se consiguiera posponer el calentamiento en seis años, a un coste anual de 150.000 millones de dólares (117.000 millones de euros).

Kioto no habría salvado a Nueva Orleans del huracán Katrina. Sin embargo, sus desastrosas consecuencias se podrían haber evitado con una mejora de los diques y su mantenimiento. Mientras Gore hacía campaña a favor del Protocolo de Kioto durante los años noventa, un mejor uso de los recursos habría facilitado un sistema de defensa contra el huracán.

Protocolo de Kioto

Lo importante es saber utilizar de la forma más inteligente posible los medios de los que disponemos. Los países en vías de desarrollo serán las principales víctimas del cambio climático porque tienen temperaturas más altas y menos recursos. Kioto no conseguirá impedir que esto ocurra pero estos países se enfrentan a acuciantes problemas que nosotros podríamos solventar con bastante facilidad.

Por la mitad de los costes que conlleva la puesta en práctica del Protocolo de Kioto, Naciones Unidas calcula que problemas básicos como los siguientes podrían resolverse: por 75.000 millones de dólares al año, todos los seres humanos del planeta tendrían acceso a agua potable, unas condiciones de higiene mínimas, asistencia sanitaria básica y educación. ¿No debería ser ésta la principal prioridad?

Los últimos huracanes se han cobrado la vida de miles de personas en Haití, no en Florida, sencillamente porque el nivel de pobreza de la población haitiana es tan acusado que ni siquiera permite la puesta en práctica de medidas preventivas básicas.

Combatir las enfermedades, la hambruna y la sequía no sólo proporcionaría beneficios inmediatos a millones de personas, sino que permitiría que los países más pobres aumentaran su productividad y escaparan de su ciclo de pobreza. Además, disminuiría la vulnerabilidad de sus habitantes a las fluctuaciones del clima.

En el punto culminante de la película, el ex vicepresidente de EEUU afirma que las futuras generaciones nos castigarán por no habernos comprometido con el Protocolo de Kioto. Es más probable que se pregunten por qué –en un mundo repleto de verdades inoportunas– Gore se tuvo que centrar en la que, al coste más elevado, menos beneficios reparte.


miércoles, enero 10

El cambio climático: AVANCE DEL INFORME OFICIAL DE NACIONES UNIDAS

2.500 científícos prevén nuevas olas de calor, deshielos y subidas del nivel del mar

El informe asegura que parte del calentamiento ya no puede ser evitado y que los cambios durarán siglos

RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 26/12/2006

El planeta se calienta de forma innegable y el hombre tiene buena parte de la culpa. Parte del calentamiento ya es inevitable y el nivel del mar seguirá subiendo durante más de un siglo incluso si mañana se eliminan las emisiones de gases de efecto invernadero. Ése sería un resumen del Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), un grupo de más de 2.500 científicos organizado por Naciones Unidas, y que presentarán en 2007 sus conclusiones sobre el calentamiento global.

"La concentración de gases de invernadero en la atmósfera es la mayor en 650.000 años"

Los modelos prevén un aumento de tres grados en un siglo, sin excluir subidas de más de 4,5

"Es muy improbable que el calentamiento observado se deba a la variabilidad del clima"

El informe, el cuarto que emitirá este organismo, aumenta el grado de precisión sobre el conocimiento del cambio climático y su grado de atribución al hombre respecto al último informe, de 2001.

De forma confidencial, aunque sometido a la revisión de científicos de la ONU o los Gobiernos, los mejores expertos en cada campo preparan desde hace años tres informes: uno sobre la ciencia del calentamiento, otro sobre el impacto en la Tierra y un tercero sobre la tecnología para mitigarlo. Los informes se basan en la bibliografía científica. La discrepancia científica, si existe, queda reflejada.

El informe del IPCC supone el mínimo común denominador científico sobre el calentamiento. La redacción final del texto puede cambiar en una cumbre en París en los primeros días de febrero (y en otras posteriores para el segundo y el tercer informe). Sobre todo puede variar un resumen para políticos, que es aprobado frase a frase, ya que los gobiernos miden cada palabra. En EE UU es importantísimo si el calentamiento se atribuye al hombre directamente o con alguna incertidumbre.

Aun así, el informe de las bases científicas del calentamiento -el primero y más importante- está listo. Naciones Unidas se lo ha enviado a un grupo selecto de expertos y a los Gobiernos para su lectura. Pero ya no pueden comentarlo. Todas las páginas llevan un mismo pie: "No citar".

LA SITUACIÓN Seis de los siete años más cálidos, desde 2001

El informe descata que el calentamiento es innegable. "2005 y 1998 fueron los años más cálidos desde que hay registros. Seis de los siete años más cálidos han ocurrido desde 2001. La temperatura media de la superficie ha aumentado desde 1850", afirma uno de los borradores a los que ha tenido acceso EL PAÍS. "Las observaciones en el océano, la atmósfera, la nieve y el hielo muestran datos coherentes con el calentamiento". "La temperatura del aire en zonas terrestres han subido el doble que en el océano desde 1979".

Además, "la temperatura del océano a grandes profundidades también ha aumentado desde 1955". Aunque la subida en el océano es muy pequeña, su importancia radica en la inmensa cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura del mar. El número de noches muy frías (a un 10% de la temperatura media) ha descendido un 76% entre 1951 y 2003 y las noches muy cálidas han aumentado un 72%.

Además de las mediciones directas, el informe presenta los datos de reducción de nieve en el mundo: el retroceso de los glaciares ha aumentado el nivel mar unos 0,5 milímetros al año entre 1961 y 2003 y unos 0,8 milímetros al año entre 1993 y 2003. Además, la nieve en abril en el hemisferio norte ha descendido un 5% entre 1966 y 2004. El Ártico pierde cada década desde 1978 un 7,4% de su superficie helada en verano.

El calentamiento también se observa en los animales y en las plantas (desplazamiento hacia latitudes más frías, cambios en la floración, procesos migratorios, hasta cambios evolutivos). Tras analizar miles de series de todo el mundo, el 85% de ellas coinciden con el calentamiento y sólo se explican por la acción del hombre. Es decir, no son explicables suponiendo que el calentamiento responde a la variabilidad natural del clima.

Si la temperatura sube, el mar se eleva -al calentarse aumenta de volumen-, la nieve se funde y las plantas se mueven, no hay duda: la Tierra se está calentando.

LA CAUSA Los niveles más altos en 650.000 años

Una vez que existe la certeza de que hay calentamiento, los científicos pasan al espinoso tema de atribuir las causas. El problema es que hacer una atribución directa, al 100%, es científicamente imposible. Igual que es imposible decir que un cáncer de pulmón de un fumador se debe al tabaco, es imposible decir al 100% que una ola de calor se debe a la acción del hombre. Por eso, el IPCC apuesta por atribuciones como "muy probable" (que quiere decir que la atribución es superior al 90%), "probable" (más del 66%) o "tan probable como no" (33%-66%).

Y la principal causa son los gases de efecto invernadero: sobre todo dióxido de carbono, pero también metano y óxidos de nitrógeno, que se producen al quemar carbón, petróleo o gas. Es decir, al arrancar un coche o encender la luz. Estos gases se acumulan siglos en la atmósfera. Aunque dejan pasar la radiación solar hacia la Tierra, frenan la salida del calor que emite la superficie terrestre. Así calientan el planeta. A este efecto hay que restar el de las partículas. Éstas también procedentes de fábricas y coches y frenan la llegada de la radiación solar al planeta y lo enfrían. Teniendo en cuenta todos los factores que inciden en el balance energético, denominados forzamientos, predomina el calentamiento de los gases de efecto invernadero.

Un borrador señala: "La actividad humana desde 1750 ha muy probablemente extendido una red que calienta el clima Es muy probable que el forzamiento de los gases de efecto invernadero ha sido la causa dominante del calentamiento observado en los últimos 50 años en el mundo".

Estos gases de efecto invernadero son los que hacen habitables la Tierra, ya que si no sería demasiado fría, pero a los niveles actuales sus efectos son nocivos para el clima. "Los niveles alcanzados en la concentración de dióxido de carbono y metano exceden los valores de los últimos 650.000 años", señala el texto.

Los científicos pueden conocer la concentración en la atmósfera hace centenares de miles de años gracias a las perforaciones en el hielo de la Antártida. Allí han conseguido bloques de hasta 2.774 metros de profundidad y cada capa es la nieve de un año. El aire llena los huecos de la nieve y queda atrapado cuando esta se convierte en hielo. Las burbujas permiten saber cómo era el aire cuando se formó la nieve y en qué condiciones de temperatura se formó. Así, los científicos retroceden al clima del pasado. Si en 650.000 años la concentración de gases de efecto invernadero ha oscilado entre 200 y 280 partes por millón (ppm) ahora está en 379,1 ppm y en 50 años puede llegar a 500 ppm.

La concentración de metano ha oscilado en los últimos 11.500 años entre 550 y 750 partes por billón (ppb), pero ahora está en 1.777 ppb, el cambio más rápido en al menos 80.000 años. El ritmo actual de aumento de gases de efecto invernadero "no tiene precedentes en al menos 20.000 años".

"El calentamiento observado en todo el mundo en la atmósfera y el océano, junto a la pérdida de masa de hielo, conjuntamente, apoya la conclusión de que es altamente improbable (menos del 5%) que el reciente cambio climático global haya sido causado por la variabilidad natural del clima", afirma uno de los borradores. Los tres indicadores encajan con los modelos de predicción del clima suponiendo que hay cambio climático y no se explican sin el cambio climático.

La atribución del calentamiento al hombre es ahora mayor que en 2001, en el último informe. El texto señalaba entonces que había "pruebas nuevas y más convincentes de que la mayor parte del calentamiento observado durante los últimos 50 años es probable que se deba a actividades humanas". En 2001 los científicos fueron cautos y ahora lo consideran mucho más probable.

El informe de 2007 señala que el incremento de situaciones extremas -como sequías y olas de calor- "pueden ser atribuidas al cambio climático antropogénico", el producido por la acción del hombre. "Un grupo de evidencias cada vez mayor sugiere una influencia humana discernible en aspectos del clima como el hielo marino, olas de calor y otros eventos extremos, tormentas y lluvias", sostiene uno de los borradores.

Este es el punto más importante del nuevo informe, según los expertos consultados. Los científicos, tras revisar los muchos estudios de estos seis años han visto que el grado de atribución del cambio climático global al hombre es mayor que en 2001. Y es también el apartado que más incomodará a los gobiernos y que más intentarán cambiar o suavizar en el último momento.

LAS PREVISIONES 3 grados más en un siglo

Además de saber lo que ha pasado y por qué, el informe dedica un apartado a saber qué pasará. Allí apunta que "parte del calentamiento ya no puede ser evitado" y que "los efectos durarán siglos", según fuentes conocedoras del texto. Hay ya tantos gases de efecto invernadero y tantos en camino que hay una parte del calentamiento inevitable. Aunque ahora mismo se consiguiese estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero -algo que supondría reducir drásticamente la actividad mundial- debido a la inercia con la que responde el sistema climático, el aumento de la temperatura y del nivel del mar seguirá durante más de 100 años y para 2100 la temperatura aumentará 0,5 grados incluso estabilizando la concentración de dióxido de carbono. "Estabilizar los forzamientos radiactivos es un prerequisito para estabilizar el clima. Los cambios en el nivel del mar, circulación oceánica y casquetes polares continuarán durante siglos o más", afirma.

Aún así, el rango de temperaturas que dan los modelos para los próximos 100 años es bastante amplio. Los modelos de predicción del clima señalan un aumento de temperatura a final de siglo de "entre 2 y 4,5 grados, con el valor más probable de tres grados. Es muy improbable que el aumento sea menor de 1,5 grados. Valores por encima de los 4,5 grados no pueden ser excluidos".

En el anterior informe, el aumento de temperatura previsto para final de siglo era de entre 1,4 y 5,8 grados, aunque depende tanto de las emisiones, del aumento de población y de la política que se adopte respecto a la energía y el aumento de población... Las proyecciones de temperatura para el 2100 sin políticas para frenar el cambio climático indican un calentamiento de hasta 6,3 grados.

Las proyecciones indican un incremento del nivel de mar de 0,19 a 0,58 m para el 2100 sin políticas para frenar el cambio climático. Respecto al nivel del mar, los científicos reducen el rango que pronosticaron en 2001, cuando predijeron subidas de entre 9 y 88 centímetros. No obstante, aún existen incertidumbres sobre la pérdida de hielo en los polos, que aumentarían aún más el nivel del mar y que aún no pueden ser cuantificados.

La lluvia se distribuirá de forma desigual: en general aumenta y es lógico. Si hace más calor, el agua se evapora más y llueve más, pero la distribución no es homogénea. "Hay más certidumbre ahora que en 2001 sobre los patrones de lluvias con, en general, descensos en las regiones secas y aumentos en las húmedas", explica. España se sitúa en la zona con más descenso de lluvias.

Aunque parte de los efectos no pueden ser evitados, ahorrar energía es fundamental para minimizarlos.

MÁS CALOR.

La temperatura ha subido de forma drástica en el último siglo. Seis de los siete años más cálidos desde que hay registros se han sucedido desde 2001.

MENOS NIEVE

La pérdida de nieve es generalizada en todo el mundo. El hemisferio norte ha perdido un 5% de nieve desde el año 1966.

SUBE EL MAR.

El nivel del mar sube por el deshielo de los glaciares y el aumento de la temperatura. Desde 1961, el mar ha subido unos 0,8 milímetros al año.


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